miércoles, 18 de diciembre de 2013

El primer caso prohibido



Se denomina “caso prohibido” a los dos casos existentes de niños a los cuales se les fue arrebatada la relación con otras personas durante su etapa más crítica en su desarrollo. Estos dos casos fueron el de Víctor, el niño salvaje, en Francia a finales del s. XVIII, y Genie, en Estados Unidos, durante la segunda mitad del s. XX. A continuación me centraré en destacar las características del primero de los dos casos, el de Víctor.

Víctor fue encontrado por dos cazadores en un bosque de Francia. Se trataba de un niño abandonado por sus propios padres, incluso en él se encontró una cicatriz en el cuello, la cual hacía sospechar que incluso quisieron arrebatarle la vida, quizás por haber nacido con algún tipo de discapacidad, pero esto último no pudo demostrarse. Cuando le encontraron, pudieron observar que el niño, al no haber tenido relación con ninguna otra persona, no sabía hablar, y su comportamiento era el típico que se puede encontrar en los animales.

Tras haberle encontrado le trasladaron a un centro infantil especializado para niños con problemas, en este caso concretamente se trataba de un centro para niños sordos, en el que trabajaban especialistas como el pedagogo Itard, quien se ocupó personalmente del caso de Víctor. Itard hizo uso de diversas actividades adaptadas al niño para lograr desarrollar sus capacidades cognitivas, enseñarle hablar y a comportarse como la sociedad de entonces pretendía que lo hiciera. Víctor logró aprender algunas palabras, pero el trabajo realizado por el pedagogo Itard no mostró muchos más resultados exitosos, lo cual habría significado que este especialista hubiera recibido una imagen muy positiva.

Aunque Víctor no llegó a desarrollarse como un niño corriente criado rodeado de relaciones sociales entre personas, marcó la historia educativa debido a que un caso así, en el que unos padres abandonan a un niño alejándole de la sociedad y de la posibilidad de desarrollarse correctamente, pierde totalmente el significado de humanidad por parte de los padres que lo abandonaron y además ofrece mucha fama a quien se dedique a trabajar para conseguir éxito en este caso.

Por suerte, por el hecho de que solo seamos conscientes de dos casos prohibidos, o por desgracia por el simple hecho de haber casos así, esto nos hace pensar que aquellos quienes nos vayamos a especializar en la educación debemos prepararnos para encontrar más casos prohibidos, aunque se tratara de una desdicha. Hay que ayudar a prevenir todo lo que ha pasado, está pasando, y aquello que puede llegar a pasar.

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